Las terapias orientales y occidentales no están en guerra. Muchas veces escuchamos proclamar la superioridad de la medicina oriental frente a la occidental y viceversa. Pero después de estudiar varias disciplinas de ambos bandos, me he encontrado con lo que suponía: ninguna de las dos afirmaciones son ciertas. ¿Por qué tenemos tantos prejuicios con respecto a determinados métodos de sanación? ¿No es absurdo enfrentar distintos tipos de saberes?
Como comentaba anteriormente, a lo largo de mis estudios he podido comprobar que, normalmente, cada caso requiere ser tratado con una o varias terapias determinadas. Si tenemos una fractura ósea abierta, lo mejor será ir a un hospital y más concretamente a una sala de urgencias, pero por un dolor de cabeza continuado en el tiempo y sin tratamiento efectivo aparente, quizá la acupuntura sea más efectiva que las pastillas. También he de decir que la mayoría de las veces lo que necesitamos es una combinación de varias terapias que traten las dolencias de manera global.
Tratar el bruxismo desde un enfoque multidisciplinar
Un buen ejemplo de tratamiento multidisciplinar puede ser un paciente que sufra de bruxismo. La medicina occidental tan solo recetará el uso de una férula de descarga, centrándose en el cuidado de los dientes. La osteopatía, por su parte, trabajará la musculatura periférica y realizará una corrección de la articulación temporomandibular, que, bien realizada y con continuidad relajará, sin duda, la zona afectada. Dado que el bruxismo está muy relacionado con afecciones hepáticas, la fitoterapia ofrecerá infusiones específicas. Desde otro punto de vista, el masaje bioenergético se podría centrar en el desbloqueamiento de las emociones de rabia e ira que el paciente tuviera acumuladas.
¿No será mejor combinar las terapias orientales y occidentales? Considero que sí, siempre teniendo en cuenta que a cada paciente le resultarán más efectiva unas que otras. No obstante, no debemos olvidar que no existen remedios milagrosos, incluyendo los más sofisticados hospitales occidentales privados y los mejores remedios alternativos.
Un Silicon Valley de integración de terapias orientales y occidentales
Por todo esto, no entiendo como en pleno siglo XXI todavía no exista una confluencia seria de la denominada medicina alópata y la alternativa. Me encantaría ver a un oncólogo trabajando mano a mano con un acupuntor. Esto, sin duda, salvaría más vidas que cualquier máquina sofisticadísima o la más exótica planta curativa. Además, y no menos importante, los pacientes disfrutarían de una mayor calidad de vida.
Es verdad que ambas filosofías, la occidental y la oriental, en ocasiones se contradicen. Pues pongámonos manos a la obra, lleguemos a un acuerdo en lo concerniente a los tratamientos e investiguemos nuevas combinaciones. Parece absurdo desechar alguna de las sabidurías que tenemos a nuestra disposición.
¿Por qué no crear un Silicon Valley de integración de terapias orientales y occidentales? Y yendo más allá, ¿por qué no en España? Quizá no interese a algún sector pero sin duda sería un gran avance para la humanidad y su calidad de vida… y con esto no creo que exagere.
El círculo completo: el ying y el yang
Volviendo a las diferencias entre la medicina occidental y la oriental, me gustaría hablar de ese símbolo que todos conocemos como el ying-yang. Más o menos todos sabemos qué significa y que todo tiene su lado ying y su lado yang. La medicina occidental, sin duda, se enfoca en el lado ying del cuerpo humano, área relacionada con lo físico, lo material, lo tangible. La medicina oriental, por su parte, se centra en el lado yang, lo energético, lo intangible, lo que hace funcionar a lo material. ¿No creéis que el símbolo de la vida no estaría completo si sólo usamos un lado?
Cuando trato a mis pacientes intento diagnosticar qué terapia o terapias les vendrían mejor para sus dolencias. Si están a mi alcance y ellos están de acuerdo, les aplico la técnicas más apropiadas para su situación específica, sin desestimar alternativas ni combinaciones. Y en caso de no saber realizarlas, les derivo a otros terapeutas cualificados para tal fin.
En definitiva, creo firmemente que habría que integrar todas las terapias orientales y occidentales posibles para cada tratamiento específico. Y espero que algún día se dé ese paso pero a nivel mundial.